La exposición “Diego Barboza. Otro Coincidente” reúne una selección de fotografías, proyectos y documentos de algunas de las “expresiones” y “poesías de acción”, realizadas por el autor en Inglaterra y Venezuela entre 1970 y 1985. El conjunto está integrado por unas 35 piezas y aborda las relaciones entre el adentro y el afuera, así como su consecuente incidencia en las nociones de lo privado y lo público en la obra del artista. Igualmente, explora el significado del registro fotográfico y audiovisual como medio de estudio preliminar, recurso documental y soporte de experimentación, siempre de cara al hecho expositivo.
Las expresiones y poesías de acción desarrolladas entre 1969 y 1985 por Diego Barboza (Maracaibo, 1945 – Caracas, 2003) se distinguen por su carácter multitudinario, generalmente concebidas para ser realizadas en calles, plazas, mercados y lavanderías. Según declaró el propio artista en diversas oportunidades, su propuesta tomaba como punto de partida algunas manifestaciones festivas y religiosas de profundo arraigo popular como los carnavales, los bailes de disfraces y las procesiones.
Barboza configuró su propia versión del arte accional, marcando distancia respecto al happening y la performance, modalidades que consideraba elitescas. Ya para 1980, el artista redefine sus expresiones y comienza a denominarlas como poemas de acción. “Estoy convencido de que lo mío –afirmaba- no es arte conceptual, sino un poema que queda en el aire, como una celebración”, por lo cual –precisa- en sus eventos “no hay objetos sino motivadores” (Cfr. María Josefa Pérez. Cumpleaños de “El Cachicamo”. El Nacional, 18-5-1980, p. E-10). En consecuencia, las redes, sombreros y telas que aparecen en sus acciones tienen la capacidad de liberar la conducta individual de los estereotipos sociales, activar la expresión subjetiva y establecer nexos de complicidad entre los participantes de una experiencia.
En su caso, la naturaleza efímera de la acción, condiciona el uso y la pertinencia del documento en tanto que soporte para la presentación e inserción de la experiencia en el “dispositivo de exposición”. Por este motivo, los registros fotográficos y audiovisuales de sus expresiones y poemas de acción tienen varias significaciones, pues funcionan como testimonio o reseña visual del acontecimiento, como punto de partida en propuestas experimentales que se concretan en collages e imágenes intervenidas con una finalidad artística y como estudio preparatorio o maqueta de trabajos a desarrollar. Finalmente, hay que considerar la existencia de materiales escritos por el autor (proyectos, artículos, cartas) que añaden información complementaria sobre sus eventos.
Según lo definiera Claudio Perna en una nota escrita, a propósito de la realización de de la muestra “10 años de poesía de acción” en la Librería Kuai-Mare de Chacaito, Caracas, Barboza es “otro coincidente” que no cree en el arte puro ni en la exclusividad del artista. Su trabajo propicia el diálogo entre distintos saberes, independientemente de que su origen fuera específicamente artístico o popular, afincándose en mecanismos lúdicos y soluciones sincréticas, concebidas para activar distintos sentidos como el tacto, la vista y el oído. Con esos recursos, su propuesta busca el encuentro con la vida y el contacto con la gente, relacionándose con las manifestaciones cotidianas.